Entre el 12 y el 14 de julio, Torre Pacheco (Murcia) ha sido el escenario de una cacería del emigrante, un auténtico pogromo fascista dirigido específicamente contra la población de origen magrebí. La excusa: una extraña y brutal agresión, sin aparente finalidad ni motivo, a un vecino de 68 años, que declaró que los agresores «podrían ser marroquíes». Una excusa que muy bien puede haber sido organizada por los mismos que han incitado a la “cacería”. No lo sabemos.
Torre Pacheco es un municipio de unos 40.000 habitantes donde cerca del 40 % de la población es migrante, mayoritariamente de origen marroquí. La base de la economía local es la agricultura intensiva. La mano de obra que hace producir las explotaciones hortofrutícolas de gran rentabilidad está constituida en su mayor parte por trabajadores y trabajadoras extranjeros. Viven en barrios separados del resto de los vecinos, sin alcantarillado ni transporte nocturno. Como la gran mayoría de la población trabajadora migrante en todo el Estado, cobran salarios muy inferiores a la media de los trabajadores “nativos”, por largas jornadas extenuantes que escapan a todo control legal. Son objeto habitual de acoso y agresiones policiales racistas y se los mantiene en una especie de apartheid sin prácticamente derechos laborales ni políticos, con amenazas constantes de expulsión, todo ello gracias a la Ley de Extranjería.
Los hechos de Torre Pacheco no son ni una anécdota ni una casualidad. Dos días antes de desatarse, en las redes sociales, los bulos, las amenazas racistas y las convocatorias de concentraciones en Torre Pacheco a “poner orden” y a “moreno que veamos ¡paliza!”, la portavoz de “Emergencia demográfica” de Vox, Rocío de Meer, había defendido la deportación de “siete u ocho millones de inmigrantes” incluidos los de segunda generación nacidos ya en el Estado Español. Y todas las camarillas fascistas y fascistoides que confluyen bajo la bandera de Vox – incluidas las sectas religiosas católicas o protestantes - numerosos cargos del PP y todos medios de comunicación más cavernícolas, ya habían alentado recientemente, en otras localidades, cacerías semejantes “en defensa de la civilización cristiana”, como en Alcalá de Henares (Madrid), aunque sin tanto éxito.
Torre Pacheco es solo un nuevo escalón en la política de terror que pretenden desarrollar las fuerzas más reaccionarias de la burguesía (con la participación del PP) contra la fracción más explotada y oprimida de la clase obrera. Una política que confluye internacionalmente con la que ya desarrolla Trump en los EEUU y con las que avanzan en todos los países europeos. Una política que utiliza a los migrantes como chivo expiatorio de todos los males del capitalismo, para desviar la rabia social, y que comienza a atraer a sus filas no solo a los desclasados y lúmpenes, sino también a trabajadores y jóvenes que no encuentran otra vía por el lado de la emancipación de clase y la revolución social. Por eso la defensa de los trabajadores migrantes es problema político de primer orden para el conjunto de nuestra clase.

Una salida positiva a la situación no va a venir de manos de la policía o la Guardia Civil, a los que se ha visto en numerosos vídeos en clara connivencia con las manadas fascistas y cuya presencia en las localidades solo aumenta el acoso policial racista y el peligro de deportación contra los migrantes. No vendrá de los jueces y tribunales burgueses que solo ven la oportunidad de aplicar la ley Mordaza o el Código Penal a los huelguistas (como en el metal de Cádiz o las 6 sindicalistas de La Suiza), o a los manifestantes que defienden a los migrantes u otras causas sociales. Jueces y tribunales que giran la cabeza con gran comprensión cuando quienes actúan son individuos o grupos de ideologías reaccionarias.
La solución tampoco va a venir del hipócrita gobierno de Pedro Sánchez, que fue responsable y justificó la matanza de 37 migrantes en la valla de Melilla en 2022, que mantiene las fronteras militarizadas y los CIE’s, que financia al gobierno de Marruecos para que haga el trabajo más sucio en la frontera, que aplaude el Pacto Europeo de Migración y Asilo, que es cómplice - con todos los demás gobiernos europeos - de los miles migrantes de ahogados cada año en el Mediterráneo, que mantiene sin derechos políticos a millones de trabajadores extranjeros extracomunitarios.
Contra las cacerías fascistas de migrantes ¡comités unitarios de autodefensa!
La solución a las cacerías fascistas solo puede llegar de la mano de la solidaridad de clase contra las agresiones, del frente único de los trabajadores y trabajadoras, sea cual sea su “nacionalidad”, plantando cara y organizando la autodefensa. Es urgente que en este municipio, en esta comarca y en todas los que sufren situaciones semejantes en proceso, se creen comités de autodefensa apoyados por los sindicatos obreros, los partidos que dicen trabajar para nuestra clase, las organizaciones del conjunto del movimiento obrero. Estos comités podrían ser también el trampolín para articular la respuesta de clase que más entienden los patronos, cómplices y a veces partícipes directos en estas cacerías: la huelga general, que paralice la economía y ponga al orden del día inmediato las reivindicaciones más apremiantes de la parte más explotada de nuestra clase.
¡Nativa o extranjera, una sola clase obrera!
Las mesuradas y llorosas declaraciones de los socios "izquierdistas" del gobierno (Podemos, componentes de Sumar) y de las direcciones de los sindicatos mayoritarios, que piden piadosamente una "investigación" de los hechos, no ponen en cuestión la fuente de la que brotan estas agresiones: la política de criminalización de la migración sin papeles, los grandes sectores de la economía basados en la sobreexplotación de trabajadores extranjeros sometidos perpetuamente a la amenaza de deportación (¡a pesar de ser absolutamente imprescindibles!), la negación de derechos, el acoso y el racismo policial diarios contra los migrantes pobres, incluso contra sus hijos nacidos en territorio español.
Torre Pacheco es un aviso de que la situación en todo el Estado ya no permite más pasividad. Todas las organizaciones del movimiento obrero (políticas, sindicales, sociales, culturales, etc) tienen que denunciarla y unir fuerzas para luchar:
¡Fuera fascistas de nuestras calles, de nuestros barrios, de nuestras ciudades!
Contra la criminalización de la protesta social y de la autodefensa: Derogación de la Ley Mordaza.
Por la derogación inmediata de la Ley de Extranjería.
Por el cierre inmediato de todos los CIE’s.
Por la igualdad de derechos sociales, laborales, civiles y políticos para todos los trabajadores y trabajadoras, migrantes o no migrantes.
Contra la militarización asesina de las fronteras. Disolución de la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex). Por la apertura de fronteras para todos los estudiantes, trabajadores y trabajadoras.
20 de julio de 2025
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