Argentina: ¡Hacia la huelga general, hasta voltear el decreto y la Ley Ómnibus!

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Los dirigentes nacionales de la CGT y de las CTA llaman a un paro de menos de un día el miércoles 24 de enero. Es en gran medida simbólico. ¿Quién piensa que, después del 24, el plan de ajuste del gobierno de Milei y los gobernadores será vencido?

Estas dirigencias se han integrado a tal punto al sistema que sólo están reaccionando por presión de las bases y por la defensa de sus propios beneficios (las cajas de las obras sociales, el dinero de las afiliaciones).

Consideramos, a raíz de la experiencia histórica del movimiento obrero, tanto en nuestro país como en el mundo entero, que en primer lugar, la huelga general debe ser organizada mediante asambleas en todos los lugares de trabajo, y que la misma tiene que ser por tiempo indeterminado, para imponerle al gobierno y a las patronales una serie de reivindicaciones independientes,  que representan los intereses más sentidos e inmediatos de los trabajadores, y también elementos que cuestionan el orden establecido, que es el causante de todos estos males, para propinarles una derrota, anular los ataques, y conquistar nuestras demandas.

No tenemos ninguna confianza en el parlamento ni en la justicia burguesa, y también decimos que restringir la pelea solamente al rechazo del DNU y del paquete de leyes, nos lleva al terreno de la complicidad con el ajuste, que continúa haciendo estragos, arrojando a millones de trabajadores, jubilados y desocupados hacia la indigencia. La gravedad de esta situación requiere el más enérgico de los combates por parte de la clase obrera.

El paro convocado por la CGT, las CTA y varios movimientos, está en la línea conciliadora con el régimen de explotación capitalista. A pesar de la urgencia palpable, de la pobreza y la miseria crecientes, le han dado tiempo a Milei y a los empresarios para reconfigurar el ajuste a su medida. La devaluación acelerada, los tarifazos, el aumento del combustible y la espiral inflacionaria del último mes, los despidos y las suspensiones, mientras que los salarios y las jubilaciones están por el piso, son parte de una realidad tan dramática como insoportable.

Las supuestas “huelgas generales” de la burocracia, ya sean de 12, 24 o 36 horas, sólo llevan a la desmovilización en el mediano plazo. Las multisectoriales, intersindicales y distintos tipos de reagrupamientos que han surgido, tenderán a dispersarse a medida que las burocracias sindicales se van sentando a transar “paritarias” a la baja, sin consultar con la base, y se bajan de la lucha a pesar de haber cantado mil veces “Unidad de los trabajadores”. Como sabemos, los empresarios dirán que han hecho un gran esfuerzo y firman el acta para descomprimir; la burocracia dirá que le ha “arrancado” aumentos a las patronales; a pesar de haber acordado, muchos ni siquiera cumplirán, pagarán a destiempo, inventarán algún bono o sacarán de la galera una nueva categoría para seguir negreando bajo otro concepto, y así seguimos quedando por debajo de la inflación, con el movimiento obrero fragmentado, donde las direcciones desmovilizan a la mayoría y sólo un sector combativo sigue saliendo a luchar, en forma aislada. Esta calesita a la que siempre nos quieren subir se tiene que terminar.

Consideramos fundamental decir también que la mayoría de las organizaciones obreras que se reivindican socialistas y comunistas están cayendo en capitular ante los burócratas y aceptar su maniobra de hacer la huelga de apenas unas horas. Este camino, como pudimos ver recientemente en Francia, Gran Bretaña, etc. sólo nos lleva a la derrota, desperdiciando la valiosa energía y la disposición a la lucha que ponen millones de obreros, desocupados, docentes, médicos,  estudiantes… La huelga general tiene que ser por tiempo indeterminado, hasta la victoria, realizando ocupaciones de fábricas y de edificios estatales, realizando asambleas y bloqueando todos los accesos de todos los parques industriales y todos los puertos del país, para golpear con contundencia tanto a las patronales, como al Estado y las burocracias sindicales, que necesariamente tienen que ser confrontadas y desbordadas.

Muchos compañeros tienen desconfianza hacia el paro del 24 porque lo convoca la CGT. Y tienen motivos: la eterna entrega y la complicidad con el gobierno y las empresas. Durmieron la siesta durante cuatro años y ahora se disfrazan de combativos. Los aliados políticos de los jefes sindicales, Unión por la Patria, fueron el gobierno que nos atacó durante los últimos cuatro años. Nosotros conformamos un sector independiente y opuesto a la burocracia sindical, salimos a luchar porque es necesario, no porque lo hayan planteado los traidores que dirigen las Centrales obreras.

Convocamos a los trabajadores que no se sienten representados por las burocracias sindicales, a tomar en sus manos la tarea de organizar Comités de lucha por la Huelga general, en cada fábrica, en cada escuela, en cada hospital, en cada oficina, en cada barrio, para organizar asambleas, y preparar las medidas de acción directa para derrotar el plan de ajuste de Milei y de la falsa oposición como Unión por la Patria, ambos sometidos a los intereses patronales y del FMI.

Presentaremos la moción de la huelga general hasta que se retire el megadecreto y la ley Ómnibus de Milei en cada ámbito de discusión obrero y sindical, y también invitamos a los delegados combativos y trabajadores que quieran luchar, a plantearla en cada gremio, en la CGT y las CTA.

Las asambleas impulsadas por los Comités de lucha, por los comités de base, cumplirán también la función de preparar nuevas camadas de activismo y de unirlas con los sectores más resueltos y combativos que ya venían peleando, podrán foguearse en estas experiencias de lucha y comenzar a gestar nuevos delegados, porque necesitamos echar a los burócratas y recuperar los sindicatos para que estén al servicio de la lucha y organización de la base trabajadora.

Debemos confluir en una instancia común tanto trabajadores del sector privado, como estatales, informales y desocupados, en un Frente Único contra el ajuste, eligiendo delegados de las asambleas con mandato de base, que dirija la huelga, acordando un plan de lucha basado en la independencia de clase. Sólo así podremos torcerle el brazo a los ajustadores de todos los partidos patronales. Los gobiernos provinciales hacen su parte en el ataque burgués, como Claudio Poggi en San Luis, que paga los salarios en cuotas, ha despedido trabajadores y mantiene congelados los salarios con el verso de la emergencia presupuestaria. Todo forma parte de la política de ajuste fiscal, para pagar la deuda externa. Kicillof también declaró la emergencia en Buenos Aires, y recibió los votos de Juntos por el Cambio y La libertad Avanza, mostrando una vez más que pese a la retórica, todos los partidos patronales pretenden descargar el peso de la crisis sobre la clase trabajadora.

Por otra parte, el aparato de la CGT defiende al Estado colonial israelí, el mismo al que apoya Milei, algo inadmisible. Nos pronunciamos por el internacionalismo, por la solidaridad obrera con todos los trabajadores del mundo, en especial en este momento con el pueblo palestino que está sufriendo el genocidio imperialista.

La escalada represiva y sus pretendidas justificaciones, buscando chivos expiatorios, están a la orden del día. La reciente balacera donde asesinaron a un grupo de compañeros de un asentamiento es ejemplo de ello, donde se culpabiliza a bolivianos y paraguayos, en un odio xenófobo y de clase que recrudece al calor de la crisis. Quieren instalar falsos culpables para que nos estemos peleando entre nosotros mientras los bancos, las grandes patronales y los gobernantes blindan con policía y gendarmería su tasa de ganancia, mientras en las calles hay personas durmiendo, buscando comida, muriendo por desnutrición y por enfermedades curables, arrojados al umbral de la misera más descarnada. ¡No lo podemos permitir, rebelarnos no sólo es un derecho, es nuestro deber!

  • ¡Por una Central Sindical Única, democrática, independiente del Estado y de los partidos burgueses!
  • ¡No al pago de la deuda externa!
  • ¡Aumento de salarios y jubilaciones, indexados por encima de la inflación!
  • ¡No a los despidos y suspensiones!
  • ¡No al ajuste de Milei y los gobernadores!
  • ¡Por el paro y la ocupación de lugares de trabajo!
  • ¡Por el bloqueo de todos los parques industriales y puertos de todo el país!
  • ¡Paro por tiempo indeterminado, hasta que caiga la ley Ómnibus y el decreto!
  • ¡Por la creación de Comités de lucha para la huelga general!
  • ¡Autodefensa contra los policías, los narcos y los fascistas!
  • ¡Apoyo de la CGT y de las CTA a los palestinos de la Franja de Gaza!
  • ¡Por un gobierno obrero!
  • ¡Por la Federación Socialista de América latina!

Octubre Rojo, 20 de enero de 2024