Declaración de IKC ante el pogromo fascista contra trabajadores marroquíes en Torre Pacheco
Los hechos de Torre Pacheco no son ni una anécdota ni una casualidad.
Los hechos de Torre Pacheco no son ni una anécdota ni una casualidad.
El proceso de la llamada "Turquía sin terror", que comenzó con la ceremonia de abandono de las armas del PKK, significa la liquidación de la lucha del pueblo kurdo por la libertad y la reorganización de los intereses imperialistas en la región. Es tanto una retirada militar como el entierro consciente de las perspectivas revolucionarias y las reivindicaciones democráticas nacionales. La retórica de Erdoğan sobre la "alianza entre turcos, kurdos y árabes" encarna los códigos de la reacción regional y los anhelos imperialistas del Estado capitalista turco en Oriente Medio. La liquidación del PKK, con la aprobación tácita de Estados Unidos e Israel, forma parte de un elaborado plan para aislar al pueblo kurdo y a la clase obrera de la región y sofocar el potencial revolucionario.
Desde el 23 de abril de 2025, en Panamá se desarrolla una lucha de clases colosal. En el primer momento, los gremios magisteriales (sindicatos de docentes) y, desde unos días después, el gran sindicato de la construcción (SUNTRACS), el sindicato de trabajadores y trabajadoras bananeros SITRAIBANA, los trabajadores de la salud, las comunidades indígenas y los estudiantes, mantienen más de dos meses y medio una huelga indefinida y grandes movilizaciones en defensa de tres reivindicaciones que los unifican en la lucha contra las principales decisiones del gobierno del actual presidente.
Cada día, un ejército sobreequipado, abastecido de armas por las potencias occidentales (y de petróleo por Turquía), bombardea, dispara, aterroriza, mata de hambre y de sed a una población de 2 millones de personas. 1,9 millones de gazatíes han tenido que desplazarse desde el 7 de octubre de 2023. Al menos 57.012 han muerto y al menos 134.592 han resultado heridos.
En caso de ataque imperialista - «sanciones», bombardeos, invasión- los comunistas internacionalistas se ponen del lado de la nación oprimida contra la potencia imperialista. Sin dar ningún apoyo político al régimen reaccionario, llamamos a la derrota militar del agresor.
Los manifestantes, enfrentando a unas fuerzas represivas armadas hasta los dientes, consiguieron expulsar al ICE de las poblaciones de Paramount y Copton. Una victoria puntual que ha animado durante la siguiente semana nuevas y más generalizadas protestas y enfrentamientos con la policía por todo el país, especialmente en Nueva York, San Francisco, Boston, Austin, Texas.
No es nuestra tarea como clase trabajadora defender a Cristina, ni a Macri, Milei o cualquiera de nuestros verdugos. Al contrario, debemos combatirlos. Nuestras libertades democráticas no van a comenzar a ser atacadas ahora porque la condenan a Cristina. En todo caso, el Estado y las burocracias están para controlarnos mediante el consenso y mediante la fuerza, para eso existen, con o sin proscripción a candidatos burgueses, y ya vienen actuando hace rato. Vale recordar que el triste error de millones de trabajadores, que anhelaron y lucharon durante 18 años por el regreso del dictador Perón, exiliado en la España del tirano Franco, culminó con un feroz ataque contrarrevolucionario encomendado por el mal llamado “primer trabajador” a las Fuerzas Armadas, ” la Triple A, el CNU y otras bandas reaccionarias del peronismo, que asesinaron a más de 1.500 compañeros, atacando locales sindicales y partidarios, persiguiendo, torturando y obligando al exilio a otros tantos luchadores.
La huelga debe superar la actual fragmentación sectorial y unificar conscientemente a todos los sectores organizados de la clase obrera, más allá de las regiones y los sectores económicos. Debe tener un claro carácter político : contra el régimen de Mulino, contra la penetración imperialista, contra la dictadura burguesa de las multinacionales.
En definitiva, la red de ayuda autoorganizada ha resultado con tan grande capacidad de movilización como para ser la protagonista de la convocatoria de masivas manifestaciones mensuales en la ciudad de València, pero tan débil políticamente que no ha sabido entender el terreno de clase en el que se mueve. Por el el contrario, se ha limitado a los terrenos nebulosos del interclasismo demagógico y vacío de contenido («Solo el pueblo salva el pueblo») y a pedir «la dimisión de Mazón», exactamente cómo ha hecho el PSOE soñando con nuevas elecciones. Ahora, a seis meses de distancia de la riada, con la red ya muy menguada y la rabia masiva concentrada en recuperar lo que se pueda de la antigua vida, la red se ha comprometido en la convocatoria de una jornada de paro el día 29 de mayo (que denomina “Huelga General”), rodeada por CGT, Intersindical, CNT y COS. En nuestra opinión, una manera de derrochar el éxito temporal de una buena experiencia, hundiéndose en la organización de un llamamiento que nadie espera que tenga seguimiento (al menos fuera de las comarcas afectadas) y políticamente insustancial.
Nosotros pensamos que la línea política que hubiera hecho avanzar la movilización masiva inicial debía de poner en el centro, no la dimisión de Mazón (que el PP podría sustituir para continuar con su política), sino la expulsión del PP del gobierno de la Generalitat con reivindicaciones basadas en nuestras necesidades, independientemente de si molestan al capital o a sus colaboradores políticos:
El diseño e implementación inmediatos de un plan completo de obras públicas para la prevención de las riadas en todo el País Valencià, la prohibición general de construcciones nuevas en zonas inundables, el control del dinero de la reconstrucción por las organizaciones de trabajadores, la expropiación de todas las viviendas en manos de bancos, fondos financieros y grandes tenedores para ponerlos al servicio de las familias trabajadoras, la prohibición inmediata de los pisos turísticos, etc... Esto es el que defendería un auténtico partido revolucionario.
El problema nacional kurdo está directamente vinculado al desarrollo capitalista de Turquía, a la configuración del Estado burgués y a su integración en el sistema imperialista. Por lo tanto, la resolución del problema nacional debe considerarse no desde un marco estrictamente nacional, sino desde una perspectiva de clase. Mientras la opresión nacional siga siendo una herramienta de la dominación de la clase burguesa, la igualdad nacional solo será posible mediante la lucha contra esta dominación.
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