1º de mayo: Trabajadoras y trabajadores de todos los países ¡unámonos!

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1 de mayo 2022

A lo largo y ancho de todo el planeta, los trabajadores y trabajadoras sufrimos un empeoramiento constante de nuestras condiciones de vida: creciente precariedad laboral y pérdida de derechos; enormes aumentos de los precios de alimentos, energía y vivienda; sanidad, educación y pensiones públicas - cuando las hay - en proceso de desmantelamiento . La pobreza se extiende de manera generalizada en el seno de las clases trabajadoras, al mismo ritmo que se incrementa la represión policial de la lucha sindical y social, se militarizan las fronteras y se persigue a los millones de migrantes que buscan ganarse la vida.

Al rosario de crisis económicas cada vez más graves, en los últimos tiempos se está sumando la crisis ecológica, que se manifiesta en desastres climáticos multiplicados, extinción de especies y contaminación generalizada incluso de los océanos más profundos. Pero también es la causa última de la pandemia de COVID (y otras que aparecerán) y de la crisis energética. Y por si no fuera bastante, con el gravísimo ataque del ejército ruso contra Ucrania, se desarrolla una nueva guerra imperialista, ahora en el corazón de Europa.

No se trata de desgracias que nos caen del cielo de la mano de un dios vengativo. Es la naturaleza misma del capitalismo, basado en la maximización de los beneficios privados, que conduce a la rapiña del planeta, al aplastamiento del más débil por el más fuerte, a las guerras por el control de los mercados, de las materias primas o de las zonas geográficas estratégicas. Siempre sin importar las consecuencias para la mayoría de la población actual ni para la humanidad futura.

Ante estas circunstancias, todos los gobiernos actúan al servicio de la clase capitalista, incluidos los socialdemócratas que se autocalifican como los "más progresistas de la historia", como el español: incrementan la deuda pública para salvar a los bancos y a las grandes empresas. Respetan hasta la muerte los escandalosos beneficios de las compañías energéticas. Arruinan al estado, pagando precios monopolísticos a las grandes farmacéuticas, sin cuestionar las patentes de las vacunas. Aceleran el gasto militar preparando nuevas aventuras bélicas propias o de sus aliados más poderosos (como los países de la OTAN, el bloque alrededor de Rusia o China ). Para el gran capital todo. Para las clases trabajadoras ahogadas por la inflación, alguna migaja puntual para evitar el estallido social inmediato, el incremento constante de la represión policial y judicial, la militarización, las guerras ... y mentiras, mentiras y mentiras, para adormilar la conciencia de la realidad e impedir la organización independiente de la burguesía y sus estados.

Todo el mundo actual es una inmensa trampa al servicio del mantenimiento de esta situación: medios de comunicación, redes sociales, aparatos sindicales colaboracionistas, religiones, falsas democracias donde solo se puede elegir entre el malo y el peor, "nuevos" partidos que resultan ser versiones 2.0 de los viejos partidos burgueses o de la socialdemocracia al servicio del mundo burgués (como Podemos). Todo es utilizado por la clase capitalista para hacer creer que hay "variedad de opciones" y para desviar cualquier idea colectiva de derrocarla como clase dirigente.

De este engaño forma parte la promoción de la vieja ideología fascista (como por ejemplo VOX, Le Pen u Orban) alimentada tanto por el dinero de la burguesía y de las sectas religiosas como por la impotencia de las alternativas reformistas en que antes había depositado esperanzas la clase trabajadora. Su función primordial: desviar la rabia social y dirigirla contra las organizaciones obreras, las minorías raciales, las mujeres, los migrantes, los homosexuales, etc.

Pero se puede parar este círculo infernal de miseria y destrucción social y ecológica a manos del capitalismo. Se puede cambiar el rumbo de la historia de la única manera que se ha cambiado siempre: por medio de la lucha de clases.

La clase obrera mundial, la clase que produce ya de manera colectiva, aunque expropiada por los poseedores privados de capital, es la que tiene la responsabilidad de organizarse, de crear conscientemente una internacional revolucionaria, constituida por partidos revolucionarios, que dirijan al conjunto de la sociedad hacia el socialismo. Es decir, hacia un nuevo sistema económico, social y político gestionado colectivamente por los mismos productores, en beneficio de toda la sociedad, de la humanidad actual y futura.

¡Viva la unidad de la clase obrera mundial!

¡Viva el socialismo mundial gestionado democráticamente por los consejos obreros!

1 de mayo de 2022

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