¡Por la apertura de las fronteras a los refugiados y la libre circulación de los trabajadores!

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El capitalismo putrefacto genera desplazamientos forzados y brutales de la población

La permanencia del capitalismo es la causa de la destrucción del medio ambiente (incluido el calentamiento climático que afecta especialmente a la agricultura y el abastecimiento de agua en las ciudades del norte y del este de África y de Asia occidental), la eliminación sistemática de los derechos arrancados por las luchas obreras, las expediciones neocoloniales que destrozan países enteros, el militarismo, la restricción de las libertades en nombre de la “lucha contra el terrorismo”, el ascenso del fanatismo religioso y del fascismo, el cierre de fronteras...

Las potencias imperialistas han trazado artificialmente las fronteras, instalan a menudo regímenes despóticos (policiales, militares, monarquías absolutas, etc.), suministran armas abundantemente, saquean los recursos naturales, sostienen fuerzas reaccionarias, clericales (basadas en los latifundistas o los capitalistas compradores).Para salvaguardar los intereses de sus empresas multinacionales, que explotan y saquean por todo el planeta, los gobiernos europeos, norteamericano, ruso y chino intervienen política y militarmente en el extranjero. En particular, los supuestamente estados democráticos de América del Norte y Europa Occidental protegen a los regímenes militares o monárquicos de África del Norte (Marruecos, Argelia, Egipto ...), al régimen clerical y colonial de Israel (que discrimina a los árabes y niega la inmigración a los no judíos), así como a los regímenes islamistas del Golfo, que difunden el salafismo por todo el mundo, que financian la reacción islamista y que explotan ferozmente a los migrantes en la construcción, la agricultura y el trabajo doméstico, mientras se niegan a acoger a los refugiados de la región.

Las burguesías locales de estas zonas forman parte del capitalismo mundial en decadencia y todas han practicado políticas racistas o sectarias: el genocidio de los armenios por parte de la burguesía turca, la expulsión de los árabes de la mayor parte de Palestina por la burguesía israelí, el éxodo de judíos bajo la presión de los regímenes del Baas y nasseristas, la propaganda salafista antisemita, patriarcal y antichiíta patrocinada por Arabia Saudita, el yihadismo tolerado por Israel y Siria, financiado por las monarquías del Golfo, y la Turquía islamista.

Los imperialismos francés, británico y norteamericano han devastado militarmente el Próximo Oriente. Los Estados Unidos conquistaron Afganistán e Irak (2001 y 2003), Francia y otros bombardearon Libia (2011). Cuando el pueblo de Siria se alzó contra el despotismo (2011), Assad bombardeó a su población, con el apoyo de Irán y Rusia. Desde 2015, Arabia Saudita, con el apoyo de Estados Unidos e Israel, destruye Yemen. Desde 2014 hasta 2018, los ejércitos norteamericano, francés, canadiense, italiano, belga, holandés ... bombardearon las zonas de Siria e Irak en poder del EI. Turquía bombardeó las áreas de estos dos países en poder del PKK y el PYD e invadió con el apoyo de los yihadistas una parte de Siria. Esto ha producido más millones de desplazados.

Los habitantes de la Cabilia siguen siendo discriminados en Argelia. Los opositores sirios han sido víctimas de una represión militar sin precedentes y de la tortura masiva por parte del estado burgués sirio. Los sunitas en Irak han sido blanco de los abusos de las milicias chiítas. Las minorías nacionales (kurdas) y religiosas (chiítas, yazidíes, cristianas) en Irak y Siria han sido víctimas de los islamo-fascistas de Daesh. Las personas negras son discriminadas en Libia, Sudán, etc. Somalia, Libia y Siria están desmembradas. Sudán ha estado en guerra con su propia población (Sudán del Sur, Darfur ...). Eritrea es un régimen totalitario.

Millones de sirios y otras víctimas de guerras, pobreza y despotismo en Asia occidental y África oriental han huido, algunos en su propio país, la mayoría a países vecinos (a los que los aceptan porque Israel, Arabia Saudita, Catar, los Emiratos, etc, rechazan a los refugiados): Líbano (1,1 millones de sirios), Jordania (0,6 millones), Turquía (1,9 millones) .

El aumento en 2015 de los flujos migratorios desde el Próximo Oriente y Europa (del este e incluso del sur) hacia Gran Bretaña y el oeste de la Unión Europea fue el producto principalmente de la actividad del capitalismo decadente, de la dominación brutal de los grandes grupos capitalistas sobre el mundo entero y la de unos pocos países imperialistas sobre el resto. La desaceleración de los flujos se debe en parte a la financiación de la UE y el Reino Unido para la retención y persecución de los migrantes por parte de las camarillas libias y los estados de la región.

Cuando se cierran las fronteras, la migración no se detiene sino que se vuelve más arriesgada. El resultado es un estado de terror permanente para los trabajadores indocumentados, acompañado de su sobreexplotación y la división y el debilitamiento de la clase trabajadora en su conjunto.

El otro resultado de los cierres de fronteras y de la construcción de muros es que el peligro y la mortalidad aumentan. Cientos de miles de personas migrantes sufren robos y maltratos por parte de los contrabandistas. Miles mueren ahogadas, sofocadas, electrocutadas.

Los estados de la Unión Europea son ampliamente culpables

La Europa capitalista revela su verdadero rostro: los estados erigen muros y alambradas, expulsan masivamente, la mayoría maltrata a los refugiados, todos encierran a los migrantes como si fueran criminales y delincuentes, con el aplauso de las partidos xenófobos y fascistas.

La victoria del Sí en el referéndum británico de 2016 fue impulsada en gran medida por las mentiras xenófobas y ha reforzado los comportamientos racistas del estado contra los ciudadanos de origen antillano y los de las bandas fascistas contra los trabajadores de Polonia.

Los refugiados son asesinados de hecho por los gobiernos europeos, estos hombres y mujeres vestidos de traje que sostienen propuestas hipócritas y repugnantes. De las 1.240.000 solicitudes de asilo en la Unión Europea en 2017, solo 538.000 fueron aceptadas en condiciones miserables. A pesar del envejecimiento de la población y la escasez de mano de obra, incluso Alemania ha restablecido los controles fronterizos en 2018.

La UE está ayudando a Marruecos a retener a los migrantes, con 148 millones de euros pagados en 2018. En el mismo año, 100.000 migrantes fueron arrestados en Marruecos, luego deportados a su país o encerrados en campamentos. Los gobiernos italiano y francés pagan a las camarillas islamistas que se disputan Libia para que retengan a los migrantes, lo que incluye explotación, robos, violaciones, reducción a la esclavitud. Hoy ya no existen dispositivos de rescate para los naufragados en el Mediterráneo, desde que la Unión Europea decidió suspender los recursos navales de rescate de la misión Sophia, sumándose así a los argumentos del Ministro del Interior italiano Matteo Salvini.

El gobierno griego de Syriza, que se constituyó con el apoyo de todos los reformistas y centristas, expulsa masivamente a los migrantes, en connivencia con París y Berlín, completando el dispositivo de secuestro de refugiados en Turquía.

Recuperar el internacionalismo proletario

La verdadera patria de los trabajadores es la clase obrera mundial. El nacionalismo y los cierres de fronteras dividen a los trabajadores. Los trabajadores migrantes no son solo víctimas: como todos los oprimidos y explotados, muestran capacidades notables de solidaridad y lucha colectiva.

Las iglesias cristianas, que desde hace siglos están al servicio del capitalismo, son organizaciones internacionales cuyos intereses no siempre coinciden con la política de los gobiernos nacionales. Con su ayuda financiera y material, las asociaciones clericales a menudo se ocupan de la ayuda a los migrantes en el terreno de la caridad, mientras les impiden resistir a la policía, predicando la resignación frente a las decisiones judiciales, sin exigir nunca la derogación de las leyes discriminatorias.

Los partidos burgueses "democráticos" tradicionales (PP, Tories, LR, CDU, ÖVP ...) o nuevos (LREM, Ciudadanos ...) tienden a alinearse con los partidos xenófobs para atacar a quienes huyen de la miseria y la persecución. El matiz es que los primeros dan la bienvenida a los capitalistas ricos y extranjeros, mientras que los últimos se refieren a los musulmanes como enemigos. Las pretensiones de los partidos fascistoides y fascistas de defender a los trabajadores nacionales son solo tierra tirada a sus ojos: cuando toman el poder, lo hacen por cuenta del gran capital como los otros partidos burgueses y, por lo tanto, en detrimento de la clase obrera, transformada en una masa informe de explotados sin derechos y sin organización.

Los partidos originados en la clase obrera, pero social-imperialistas de facto, siempre han hecho lo mismo que los partidos burgueses cuando estaban en el poder (PCF, PS, Laborista ...) y todavía lo hacen (Syriza, SPD, PSB ...). Los nuevos partidos "reformistas" (Podemos, LFI, DL ...) harán lo mismo si acceden al gobierno.

Las burocracias que dirigen las organizaciones sindicales también defienden, ante todo, a su burguesía y su capitalismo. Sin embargo, más cerca de los lugares de explotación, algunos sindicatos defienden parcialmente a los trabajadores extranjeros sobreexplotados e incluso los organizan. Pero aún en estos casos, el aparato sindical tiende a aislar estas luchas del resto de los trabajadores y a rechazarlas favoreciendo a la aristocracia obrera y sus prejuicios.

El internacionalismo proletario exige la apertura de fronteras a los refugiados, a los trabajadores, a los estudiantes, documentos para todos, derechos iguales para todos los que viven, trabajan y estudian en Europa.

Frente único de las organizaciones de trabajadores en defensa de las personas migrantes por:

  • La cancelación de condenas y cese de todos los procedimientos contra quienes asisten a migrantes y refugiados,
  • Cierre de centros de detención y derogación de todas las leyes discriminatorias.
  • Apertura de las fronteras de toda Europa a todos los trabajadores y estudiantes,
  • Libertad de los refugiados, de los trabajadores y de sus familias para establecerse donde deseen.
  • Igualdad de derechos para todas las trabajadoras y trabajadores, igualdad de derechos para todos los estudiantes.

Reconstrucción de la internacional obrera para derribar a los estados burgueses nacionales, para abrir el camino de los Estados Unidos Socialistas de Europa y del comunismo mundial.

Internaciema Kolektivista Cirklo – IKC / Estado Español

Gruppe KLASSENKAMPF – GKK / Austria

Groupe Marxiste Internationaliste – GMI / Francia

Patronsuz Dünya – PD / Turquía