Revista Círculo de tiza. Número 5. Invierno 2020.

A los revolucionarios nos corresponde decirlo muy claro: a pesar de que aparente un "talante" diferente, este gobierno trabajará sometido a la burguesía y, por eso mismo, no resolverá los problemas de los trabajadores y trabajadoras. Ni liberará de la opresión a los pueblos. Tampoco con él hay futuro.

El estado norteamericano ha asumido durante mucho tiempo el derecho de matar de hambre a poblaciones enteras, de privarlas de medicamentos, de sofocar la economía de países enteros, imponiendo bloqueos, como lo ha hecho contra Cuba, contra Irak antes de invadirlo, como lo hace hoy contra Irán.

El expolio capitalista en la búsqueda de beneficios sin límite provoca el deterioro del entorno naturaleza (contaminación, cambio climático, agotamiento de recursos...). La lucha contra este deterioro hay que dirigirla contra los daños medioambientales concretos, pero siempre con el horizonte de la superación del capitalismo. No son aceptables las transversalidades con las fuerzas burguesas y sus aliadas, que solo quieren hacer perdurar el sistema. En la sociedad socialista futura, la naturaleza deberá ser concebida como el marco donde se tiene que desarrollar armónicamente la vida de la humanidad y de todos los seres vivos.

Como siempre, no se convoca a la huelga general, se abandona de hecho a los huelguistas de los transportes públicos y se mantiene la política estéril de acciones simbólicas y de jornadas de acción.

Uno de los legados del régimen del general Pinochet, que no ha sido tocado por los gobiernos de colaboración de clase, es la ausencia de servicios públicos, que compense algo la debilidad de los salarios directos. Todo está privatizado: educación, salud, pensiones ... incluso las cárceles.

¡Ahora es el momento! Ante la situación creada por la sentencia del procés, la movilización de masas por toda Cataluña y la represión ejercida por los gobiernos central y autonómico contra ella, hay que responder en términos de clase desde todo el territorio del Estado Español.

Los sindicatos obreros, los partidos que dicen que nos defienden, todas las organizaciones del movimiento obrero deben llamar a la lucha como un solo puño en solidaridad obrera contra el capital y su estado, contra la represión.

El movimiento obrero sirio, iraquí e iraní debe pronunciarse por el derecho a la autodeterminación de las minorías kurdas y el derecho a formar un estado kurdo unificado: esta es la única manera de unir a la clase trabajadora en estos estados

Más allá de las legítimas reivindicaciones democráticas, falta una perspectiva política que los vincule con el combate pasado y presente de los trabajadores y la juventud de toda China.

Revista Círculo de Tiza. Número 4. Primavera-Verano 2019.